El
mejor atleta bilbilitano de todos los tiempos: Manuel Martínez Blas “El Sarro”
Equipo del C.N. Helios con los trofeos obtenidos en el cross Copa de San Valero de 1980 (Jesús Gaitán, Manuel Blasco, Manuel Martínez, Celedonio García y Ciriaco Nebra. Foto: Archivo Celedonio García
Celedonio García
Mariano
Sánchez nos comunica una de esas noticias que nos entristecen. Manuel Martínez
Blas, un gran corredor de Calatayud, que ganaba todo lo que había que ganar en
Aragón en la segunda parte de la década de los setenta y comienzos de los
ochenta del siglo XX, nos ha dejado. Tenía 57 años. Abandonó pronto el
atletismo, con 22 años, probablemente porque no era nada fácil compaginar el trabajo
con este sacrificado deporte.
Fue compañero
en mis inicios del atletismo en el C. N. Helios. Era el mejor corredor de
aquellos años en Aragón (1979-1980) y si se hubiera cuidado hubiera podido
llegar lejos en el atletismo nacional.
Nos
hacemos eco de un artículo publicado por Víctor Navarro en 1997, titulado “El
mejor atleta bilbilitano de todos los tiempos: Manuel Martínez Blas «El Sarro»”,
para recordar algunos triunfos de su breve pero brillante historial deportivo.
Conquistó el récord aragonés de la hora, fue campeón provincial de Zaragoza de
Cross (equiparable en la época a Campeón de Aragón), campeón provincial de
3.000 m. obstáculos, 5.000 m. (14’ 20”) y 10.000 m. (30’ 25”), decimoséptimo en
el Campeonato de España de Cross de 1980. En 1977 finalizó vigesimocuarto en la
Joan Boin de Barcelona, decimoséptimo en el Cross de Lasarte en San Sebastián. Venció
en los principales crosses que se
disputaban en Aragón y entre 1975 y 1980 (probablemente también algún año anterior)
ganó en la prueba pedestre que quizá más apreciaba, la Carrera de Pollos de la
Purísima de Calatayud.
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Gaitán, Blasco, Martínez, García y Nebra |
Víctor
Navarro nos cuenta que cuando la gente le veía entrenar el mejor piropo que le
dedicaban era “éste sí que está loco”. Entrenar en invierno y de noche era
difícil y tenía que jugarse la vida corriendo en la carretera entre los coches.
A veces, bajaba corriendo a la Ciudad Deportiva con su bolsa en la mano; de
ella sacaba una vela que le iluminaba mientras se ponía el pantalón corto y
prácticamente a oscuras, a la luz de la luna, daba vueltas y vueltas a la
pista. Uno de sus secretos era entrenar en la pista hasta acabar mareado. Recuerda
que un día dio 100 vueltas, es decir 40 kilómetros, pero eso le ayudaba a ser
día a día psicológicamente más fuerte.
Siempre
le recordaremos echándose un cigarrillo antes de competir pero rindiendo a cien
por cien. Con El C. N. Helios realizamos en 1979 y 1980 varios viajes a los crosses nacionales más prestigiosos y al
campeonato de España en el que obtuvo un brillante decimoséptimo puesto.
En esos
años viajar era una aventura en todos los sentidos. Uno de esos viajes que
mejor recordamos tenía como destino Santoña. Allí nos desplazamos en dos coches
los corredores del C.N. Helios acompañados de José Manuel Abascal, buen amigo
de Manuel. De regreso, al pasar por Bilbao, la policía detuvo al coche en el
que viajaban Martínez y Abascal, entre otros, detrás íbamos en otro coche los
demás (Panivino, Nebra, Gaitán...). Nosotros pasamos sin ningún problema y les
esperamos circulando lentamente, al mismo tiempo que nos reíamos pensando que
no debían llevar buen aspecto. Los guardias al ver el coche repleto de trofeos
y probablemente al conocer a Abascal les dejaron pasar rápidamente.
Artículo de Víctor Navarro dedicado a Manuel Martínez Blas
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