15/2/24

Las carreras pedestres de Calanda (Teruel)

Artículo publicado en la revista "Qalanna" del Seguntro trimestre de 2023

Por CELEDONIO GARCÍA RODRÍGUEZ

Los datos que recientemente nos ha proporcionado Costán Escuer, procedentes del Archivo Histórico Municipal de Perdiguera (Zaragoza), revolucionan la historia de las carreras pedestres en Aragón. Según esos datos, a comienzo del siglo XVI en las fiestas de Perdiguera en honor a Santa María, se celebraba la “corrida de la espada”, así denominada por el premio que recibía el vencedor. En los últimos años de dicho siglo aparecen los pollos y hasta finales del siglo XVII la espada y las aves de corral se entregan a los vencedores. Posteriormente los pollos quedarían como único premio honorífico de las carreras pedestres. En Huesca, a mediados del siglo XIX todavía se denominaba “corrida de espadas” a la típica prueba pedestre.


Hasta la fecha solo disponíamos de varias referencias que aludían a la espada como premio de las corridas pedestres. Un de ellas corresponde a la corrida a pie y a caballo celebrada en las fiestas de San Mateo de Monzón de 1585, coincidiendo con la celebración de Cortes en dicha ciudad y ante el rey Felipe II. El vencedor recibió una pieza de tafetán, sombrero y espada.

Las “corridas de pollos” se extienden por todo Aragón; son festejo ineludible de las fiestas que se organizan en el siglo XIX y en celebraciones esporádicas organizadas por diversos motivos, religiosos y profanos.


La primera referencia que disponemos de Calanda sobre este acto data de 1860, con motivo de la Toma de Tetuán. El 8 de febrero la noticia corre por la villa; un bandeo de campanas, iluminaciones, salvas de escopetas y entusiastas y gritos de ¡Viva España! ¡Viva el Ejército!, alertaba al vecindario cuando se disponía a descansar de las fatigas del trabajo. Los acordes musicales de los templados instrumentos recorren la población. El patriótico síndico, José Crespo, anuncia desde los balcones de la casa de la villa a la población la feliz noticia. Al día siguiente la voz pública anuncia el programa de festejos. Entre los actos que organizan se citan las “corridas de hombres a pie”, corrida de caballos, baile del pollo, corrida de muchachos y entalegados. Después de la cena llega el baile y a las dos de la mañana termina la fiesta.


La corrida de pollos de San Roque, una prueba centenaria

Las carreras pedestres, antaño denominadas “corridas de pollos”, gozan de gran tradición en Calanda. El investigador catalán Toni Santisteban incluye las carreras de San Roque entre las más antiguas del mundo, con varios siglos de existencia. Hasta 1962 se disputaban en el Camino del Tiro al Bolo (camino viejo de Alcañiz), topónimo que nos recuerda que en este lugar, antaño, también se celebrarían competiciones del tiro de bolo.

La salida a los corredores se daba en el “Hilador” e iban hasta el pajar del “Tío Campechano” camino de la “Loma del Balcón”. Se celebraban varias carreras con recorridos entre dos y cuatro vueltas. El alguacil daba la salida, mientras un guardia sujetaba los pollos colgados de un palo puntiagudo con ramos de albahaca. El palo era el chuzo del sereno. Otras veces colgaban los pollos en una horca y en los últimos años se colgaron en un bastón.

El segundo guardia iba con la bicicleta hasta el pajar del “Tío Campechano”; allí se situaba para que los corredores dieran la vuelta. Los tres primeros clasificados en la carrera recibían tres, dos y un pollo, respectivamente.


Previamente al comienzo de la carrera el alguacil echaba un bando: “Van a dar suelta a la corrida, al primero se le darán tres pollos; al segundo, dos, y al tercero uno. Que nadie toque a los corredores, ni ellos con ellos, que si no serán sancionados”.

Algunos años, mientras se disputaba la corrida, había personas que realizaban tareas en los pajares próximos al camino. Aventaban el cereal y la paja dificultaba la marcha a los corredores. En la llegada el gaitero y tamborilero amenizaban su paso y la llegada con melodías típicas. En los años cuarenta y cincuenta era “el tío Campos”, apodado “el gaitero”. Luego le sustituiría su hermano.

“… Que nadie toque los corredores
ni ellos con ellos… Va el bando
diciendo, Y se le dará al primero
tres pollos…
Y mientras tanto…
el camino pedregoso
lleno de paja y guijarros
va llevando hasta la meta
los corredores descalzos.
Van todos en calzoncillos,
unos calzoncillos largos
con unos cuadros pequeños,
cuadros azules y blancos.
Lo curioso es que esta prenda,
en cierto sitio que callo,
lleva una estrecha abertura,
lleva un corte descarado,
que muchas veces rubores
y sustos ha provocado
y entre las guapas mujeres
que el acto están presenciando…”.
José Repollés Aguilar

Como en la actualidad, las carreras se celebraban el día de San Roque por la tarde. En 1920 se llevaron los tres, dos y un pollo, respectivamente, los mozos José Aguilar, Antonio Pellisa y José Navarro. En jovenzuelos, el pollo lo conquistó Miguel Gimeno y la peseta la obtuvo Damián Herrero, y, en la carrera de niños, Miguel Bondía y Joaquín Escuín se adjudicaron el pollo y peseta, respectivamente. Estas carreras y las de entalegados estuvieron amenizadas por la dulzaina y tamboril.

Las carreras estaban presididas por el alcalde y los concejales. Los corredores, a veces numerosos, se situaban en la raya para participar en las carreras; tras la salida se abrían paso entre la multitud de público que las presenciaban. Después se desplazaban a la plaza Mayor, donde tenían lugar otras carreras de niños y de entalegados.

En las carreras “a piernas” de 1930, así denominadas para diferenciarlas de los entalegados, venció el joven Manuel Gascón Mas. Le siguieron en la línea de meta Miguel Escuín y Vicente Tello, que obtuvieron los tres, dos y un pollo, respectivamente. En la segunda carrera el pollo se lo adjudicó Vicente Tello. Y en niños triunfó el pequeño Andrés Portolés. El pollo de los entalegados se lo llevó José Aznar. Según las crónicas, pesar de la gran afluencia de gente no hubo ningún incidente.

La crónica de El Noticiero de 1939 dejaba claro que las “corridas de pollos” era “número obligado en la fiesta de San Roque”. En la de “mozos” vencieron José Barrachina Millán, Mariano Rocaful y Manuel Virgos; en la de “jóvenes” triunfó Miguel Cros, y en la de “niños”, Luis Fuentes y Pedro Celma. El premio de “entalegados” se lo llevó Miguel Cros Segarra.

En los años sesenta del siglo pasado las carreras se llevaron a la Plaza de Toros, escenario que ya había acogido las carreras pedestres de las fiestas del Pilar varias décadas antes y otras organizadas por empresario-torero Lázaro Valero “Valerico” en las fiestas de San Roque y en Pascua de Resurrección. Algunos eran contrarios al cambio de escenario porque se rompía con la tradición. Lo cierto es que los corredores sufrían cuando corrían por el camino del “Tiro al Bolo”, aunque nuevo recorrido a vueltas en la Plaza de Toros tampoco era nada cómodo para los corredores, pero sí para el público.


Carreras de carácter nacional

En los años cuarenta y cincuenta participaron destacados corredores locales como “El Mosquín”, Borrachina, Manuel Palos Mas “el tío Hollín”, Miguel Bolea “el Rito”, o Antonio Aguilar (vencedor en 1952 y 1953). También corrieron algunos de los aragoneses más destacados: Luis Royo, de Berge (venció un año; era minero y su mina se conoce con el nombre de “Mina del corredor”, en Berge); Albero Murillo, de Leciñena; Rafael Bielsa, de Andorra; Manuel Blasco, de Urrea de Gaén; José Fontanillas, de Alcaine, o Francisco Guardia, de Valjunquera, entre otros.

En 1950 la Plaza de Toros acogió importantes carreras pedestres de carácter nacional en Pascua de Resurrección, San Roque y para el Pilar. La carrera de San Roque, conocida como la “Carrera del Siglo” tuvo gran trascendencia a nivel nacional. Participaron los atletas integrantes de la selección nacional de Cross: Gregorio Rojo, Benito Losada (sustituyó a Constantino Miranda), Pedro Sierra, José Coll, Ricardo Yebra y Buenaventura Baldomá. Venció el único aragonés participante, Pedro Sierra, de La Puebla de Híjar, que corría formando equipo con Baldomá. El premio consistía en “una hermosa yegua, valorada en 12.000 pesetas (de tres años y cubierta por un semental del Estado)”, y se repartieron más de 2.000 pesetas en primas. La prueba tuvo gran repercusión porque la Federación Española de Atletismo sancionó a todos los participantes por “profesionalismo”, pero tuvo que levantarles la sanción ante el primer compromiso internacional.

Las décadas de los años cuarenta, cincuenta y sesenta del siglo XX se caracterizaron por la participación de los mejores atletas de España, y la rivalidad, especialmente, entre corredores catalanes y aragoneses.

En 1958 protagonizaron la carrera pedestre de Calanda varios atletas de la élite del fondo nacional: Francisco Guardia, de Valjunquera, natural de Cretas (Campeón de España de Maratón en 1963); Luis García “Paganini”, de Lérida, natural de Manzanares (Ciudad Real), campeón de España de cross en 1956 y subcampeón en 1957, 1958 y 1959); José Molins, de Sabadell (campeón de España de 5.000 y 10.000 m. y varios récords nacionales), y Francisco Aritmendi, de Guadalajara (vencedor del Cross de las Naciones en 1964, oficioso campeonato del mundo).

En los años sesenta el ruedo de la Plaza de Toros se convirtió en una pista atlética con sabor tradicional. Los pollos y ramos de albahaca colgaban de una alabarda situada en el ruedo. Numerosísimo público llenaba las gradas y las autoridades siempre presidiendo el festejo. Antes del inicio se echaba el pregón con las normas que debían observar los corredores.

Vicente Rebullida y la destacada atleta zaragozana Conchita Rodríguez vencerían en las categorías absolutas de 1966. Al año siguiente, en 1967, Vicente Rebullida volvió a obtener el triunfo en la carrera de las 40 vueltas; le siguieron Joaquín Galindo y Antonio Valls, que se repartieron los tres, dos y un pollo, respectivamente. En juveniles obtuvieron los pollos por el siguiente orden: Tomás Ballesteros, Miguel Galindo y José Sanz. La jornada deportiva continuó con las carreras infantiles, en las que participaron numerosos niños y niñas, carreras de entalegados, tiro de cuerda, etcétera.

En 1969 el palentino Mariano Haro acapararía todo el protagonismo, a pesar de la presencia de otros destacados corredores, como el olímpico José Molins, de Sabadell; José Pro “Heras”, también de Sabadell, y los corredores alcañizanos Luis Lahoz y Andrés Joven, o Miguel Ángel Panivino, de Mediana de Aragón.

Las carreras de 1971 tuvieron como rivales a alcañizanos y calandinos. Luis Lahoz Betés, de Alcañiz se proclamó vencedor de la carrera de 50 vueltas al ruedo y los calandinos Esteban Milián y Juan Mompel le siguieron en línea de meta. En la segunda carrera, de 25 vueltas, vencieron tres atletas de Alcañiz, Maldonado Moya, Lahoz Betés y Boné Pueyo. En juveniles, en categoría masculina, ganó Miguel Jordán y en la femenina se impuso la madrileña Dolores Chao, por delante de Josefina López y Conchita Pérez. En las pruebas infantiles participaron casi un centenar de niños y niñas.

Durante varios años participaron en las carreras los mejores corredores comarcales y veraneantes. En 1974 vencieron los hermanos José María y Jesús Maldonado, de Alcañiz, y en tercer lugar llegó Martín Jubierre, de Calanda. En las otras categorías el triunfo correspondió a Ismael Esteban, de Alcañiz, y María Pilar Gracia, de Madrid. Todos ellos recibieron pollos criados en los mejores corrales de la villa.


Los catalanes, protagonistas de final de siglo

En los años setenta se perdieron muchas carreras pedestres en Aragón debido a la rivalidad entre aragoneses y catalanes, y a un cambio generacional. Calanda mantuvo su prueba con la participación de corredores de la comarca. En los setenta surgieron nuevos atletas y se recuperaron algunas carreras. En pocos días se acumulaban varias competiciones, que a veces coincidían. Algunas se celebran en fecha fija, como la de Calanda. El mismo día, por la mañana, se disputa otra carrera en Paüls (Tarragona); ambas son atractivas y forman parte de la ruta y del calendario de los corredores más destacados.

En los años ochenta obtuvieron triunfos en las carreras atletas como Emilio Guzmán, de Tardienta; José Antonio Adell y José Pallarés, de Binéfar; los zaragozanos Rafael Bejarano, Alfonso Cebolla, Celedonio García o Antonio Navarro; Amado Hernández, de La Yunta (Guadalajara), afincado en Barcelona, o Fernando Díaz, de Barcelona, que vencería en 1989, 1990 y 1991.

En la última década fueron llegando corredores de más nivel, incluso kenianos, acompañados de su representante, y los primeros atletas marroquíes. El leridano Juan Ramón Muñoz vencería en 1992, 1993 y 1996 (este año junto con Mónica Saludas en la categoría femenina); En 1994 Rafael Illán y Pilar Ginés, premio compartido con Ana Mª Pardos por la llegada igualada; Benito Ojeda en 1995; el keniano Julius Ruto y la montisonense Mónica Saludas en 1997; en 1998, Chepen Stiwart y Marasmani Bauwelle, y en 1999, José Ríos, de Barcelona, y Mónica Saludas, de Monzón.

Durante esta década también participaron grandes atletas que no consiguieron vencer en Calanda, como el montisonense Eliseo Martín, considerado el mejor atleta de la historia en Aragón, los zaragozanos Luis Javier Alonso, Juan María Artola, Ricardo Martí o Miguel Casado; el turolense Pablo Martínez; José Antonio De la Fuente, de Binéfar; Sergio Ruiz, de Valencia; los catalanes Iván Hompaneda, Juan Beascoechea o Joan Viudes, y el marroquí Omar Errachidi, entre otros. En mujeres destacaron María José Martín, Elisabeta Bosch o Marina Prat, entre otras.


Los atletas marroquíes, dominadores del siglo XXI

En el 2000 ya inscribe su nombre entre los vencedores de las carreras de Calanda el primer atleta marroquí que llegó a Aragón y se afincaría en Zaragoza, Rachid Damoun. En mujeres volvería a vencer Mónica Saludas, de Monzón. En 2001 el triunfo correspondió al zaragozano Javier Ferrando Triviño y a Mónica Saludas. En 2002 vencieron los leridanos Juan Ramón Muñoz y Laura Rosell. En 2003 también serían leridanos, Juan Luis Pérez y Laura Rosell. En 2004 y 2005 compartirían victoria el marroquí, afincado en Calatayud, Redouan Benarafa, y Carmen Félix, destacada atleta de Albalate del Arzobispo, que también vencería en 2006. Este año obtendría su primer triunfo el marroquí, afincado en Lérida, Abdelgani Elhassany, que repetiría en 2007 y 2008. En mujeres, la zaragozana Noelia Bernad venció en 2007 y 2010, y la marroquí Laila Daoud en 2008 y 2009. Hicham El Amrani logra la victoria en 2009 y 2010.

La segunda década de este siglo tiene un nombre propio, el del marroquí afincado en Calatayud Said Ait Addi, que gana en 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017 y 2019. En 2018 venció el marroquí, afincado en Francia, Mohamed Moustaoui (posee un impresionante historial deportivo: olímpico en 2008 y 2012 en 1500 m.; 4º en el campeonato del mundo de 1500 m. en 2008…). En mujeres, en 2011 se impone la zaragozana Lina Díaz; en 2012, Laura Villén, de Andorra; en 2013, Zhor Beyazid; en 2014 Aicha Bani; la zaragozana Isabel Linares obtiene el triunfo en 2015, 2016 y 2019; la turolense Érika Torner gana en 2017; Faiza Bachar, en 2018 y la catalana Rebeca Suarez en 2022. Este año inscribió su nombre como vencedor el atleta que más segundos puestos había obtenido hasta la fecha, el marroquí, actualmente afincado en Francia, Abdelhak Sabhi. La carrera se recuperaba tras dos años de pandemia por la Covid 19.

El mundialista y olímpico Mohamed Moustaoui y Faiza Bachar, bailando la !jota de los pollos"

La lista de corredores de estas dos últimas décadas sería interminable, entre los más destacados, además de los ya citados, podemos añadir a los marroquíes Chafia Abdelila, El Houssine Essemaali, Samir Ait Bouyckamane, Mohamed Sedrani, Mohamed Ait Ben Aissa, Jaouad Bouchamane, Mustapha Elkhouyaali, Abdelaziz Merzougui (nacionalizado español y olímpico), Azziz El Jihaoui, Mostapha Benlismane, Mustapha Sabhi, Mohamed Farih, Abderrahim El Jaafari, Abdelhakim Hamid, Hamza Amon, Hassan El Hatimi, Mourad El Bannouri, Mustafa Chaikaoui, Yassine Abatourab, Cherkaoui Ed Douame, afincado en Calanda, o el argelino Noureddine Neggazi, afincado en Lérida. Los catalanes José Manuel Granadero, Víctor Martínez, Sergi Ariaca o Albert Costa. Aragoneses, José Antonio Casajús, David Gracia, Carlos López, Daniel Berdejo, Juan Carlos Velasco, Antonio Martín, Daniel Fuentes o Carlos Zárate. El segoviano Juan Antonio Verdugo; el alcañizano Alberto Sábado; Raúl Carreras, de Alcorisa, o los calandinos Pablo Esteban, Ferrán Fernández, Javier Gascón, Jaime Jubierre, Carlos Conesa, Rafa Ródenas y Raúl Magallón, entre otros muchos.

En mujeres no citadas habría que añadir a Pilar Román, de Valladolid; Marta Gómez; Martina Benito, Carol Pardo y Jackeline Gómez, de Barcelona; Laura Alias, Ana Lecha y Hajar Benhamir, de Zaragoza, Pilar Félez, de Andorra; Laura Clavería de Albalate del Arzobispo; Elvira Ponz y Sara Campos, de Alcañiz; María Sánchez, Alicia Conesa y Pilar Martínez, de Calanda, entre otras muchas participantes.

Camino del Tiro al Bolo. Siempre en la memoria

En 2011, la víspera de San Roque, día de las carreras pedestres, los nacidos en 1946 inauguraron un monolito en el lugar donde durante siglos se disputaron estas competiciones populares, para que el recuerdo y las tradiciones siempre permanezcan.

La inscripción que figura en el monolito dice lo siguiente:

“Que nadie toque a los corredores, ni ellos con ellos.

CAMINO DEL TIRO DEL BOLO

En este lugar durante al menos dos siglos se celebraron competiciones lúdico-deportivas en honor de San Roque (las fiestas de verano): Carreras pedestres, barra aragonesa, entalegados y cucañas.

Todos los calandinos mostraron aquí sus habilidades y los nacidos en el año 1946 quieren que sea recordado desde el 13 de agosto de 2011 hasta siempre”.


Las carreras del Pilar

No disponemos de información de las fiestas del Pilar del siglo XIX y durante el siglo solo se organizaron carreras con continuidad en la década de los años cuarenta. No obstante, hubo años, como en 1924 o 1926, y finales de la década de los años sesenta y comienzos de los setenta que también se programaron en la Plaza de Toros. Sin duda, la experiencia de las carreras del Pilar en el ruedo taurino influiría para que las de San Roque terminaran cambiando de escenario.

En 1924 se denomina “carrera de peones” y en 1926, “corrida pedestre”. Este año participaron afamados corredores, siendo el primero que llegó a la línea de meta Miguel Monfort, que fue premiado con 50 pesetas.

En 1944 se celebran varias carreras en la Plaza de Toros; primero, una Gran carrera pedestre a 100 vueltas (unos 12 km.) con premios de 500, 250 y 150 pesetas para los tres primeros clasificados, además de cuatro primas. Otra carrera Infantil y una tercer a de mujeres, con la obligación de dar dos vueltas al redondel de la Plaza con un cántaro lleno de agua a la cabeza. El premio era de 50 pesetas.

En 1946, la primera carreras es para corredores de la localidad; la segunda, para menores de 14 años y la tercera se denomina “Gran Carrera Pedestre Nacional, a 120 vueltas y premios de 1.250, 800, 500 y 350 pesetas, respectivamente, además de tres primas de 100 pesetas. De forma similar se repetirían durante varios años con incremento de los premios.

En 1951, después de la gran polémica surgida con la Federación Española de Atletismo por la carrera celebrada en las fiestas de San Roque de 1950, que descalifica a los corredores acusados de “profesionalismo”, la Federación Aragonesa de Atletismo se encarga de controlar la prueba, de nominada “Monumental Carrera Pedestre”, y se anuncia la presencia de “todas las primeras figuras nacionales de este deporte”; los premios consisten en trofeos.

Al año siguiente se vuelve a organizar la carrera en los mismos términos, pero sin tanta pompa. En 1953 ya desaparecen del programa de fiestas.

Nuevamente se recuperan en 1967 y en 1973 dejarían de programarse definitivamente para las fiestas del Pilar.

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23/1/24

Las carreras pedestres de Sariñena, un patrimonio inmaterial legado por nuestros antepasados (II)

 Alberto Casas y Santiago Jaime Latre en la carrera pedestre local del 2007. Foto C. García

Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

Pasión por el pedestrismo


Durante estos años se vive una auténtica pasión por las carreras pedestres en Sariñena, la misma pasión que vemos en otras poblaciones de la comarca y limítrofes: Lanaja, Grañén, Lalueza, Poleñino, Farlete, Castelflorite, Valfarta, La Almolda, Tardienta, Almudévar, Huesca, Barbastro, Binéfar, San Mateo de Gallego, Nuez de Ebro... (En todas ellas obtendría puestos de honor el corredor de Sariñena, Bautista Peralta).

En 1928, Peralta se clasificó segundo, detrás de Dionisio Carreras, en la “III Vuelta a Zaragoza”, compitiendo con todos los mejores atletas aragoneses). La crónica que publica M. Torres Ballarín en La Voz de Aragón y en Heraldo de Aragón, de la carrera de Sariñena en 1931, es significativa: “La carrera pedestre ¡colosal! Eso sí que fue corrida. Figurense un equipo de once jóvenes corredores (entre ellos Bautista y Carreras) ansiosos de ganar, sin trampa, el premio y la categoría del primero... Y entre estos ‘lebreles’ el Victoriano Pérez, de La Cartuja Baja (Zaragoza), que lo ganó, y que si no tropieza será pronto ‘as’ y campeón de suprema categoría. Hay que ver lo que corre ¡y cómo corría esa ‘flecha’! Es cosa fantástica; en Lanaja lo verán el día de la fiesta. Nosotros no hemos visto aquí otra corrida semejante y de tanto interés, que todos ‘apretaron’ y no más se retiran dos”.

Victoriano Alejandro Pérez se convirtió en el mejor maratoniano español de la década. Venció en dos ocasiones en el Campeonato Nacional de Maratón (1933 y 1935), batio el récord nacional, pero fue destituido de una de esas victorias (1935), debido a la sanción a perpetuidad impuesta por la Federación Aragonesa de Atletismo, por participar en las carreras pedestres. Lamentablemente ese título todavía no ha sido restituido.

En el Campeonato de España de Maratón, celebrado en junio de 1933 en Barcelona, los tres primeros fueron aragoneses, aunque el tercer clasificado, Antonio Gracia, de Salillas, corría por la federación catalana. Venció Victoriano Pérez, seguido del corredor de Lanaja, Julián Salillas. El tercer clasificado, Antonio Gracia, vencería dos meses después en la carrera pedestre de Sariñena. Un catalán (según las crónicas) llegó en segunda posición y el gran Bautista Peralta ocupó la tercera plaza. También participó el simpático, popular e incombustible veterano “Sabatino”.

Victoriano-Alejandro Pérez volvió a triunfar en Sariñena en 1934, seguido del zaragozano Mariano Doñate, y el subcampeón de España de maratón del año anterior, Julián Salillas, de Lanaja, ocupaba el tercer puesto.

Bautista Peralta vencería en 1935 en la carrera pedestre de San Lorenzo, en Huesca, y otro monegrino, Valentín Rodellar, de Grañén, terminaba segundo. No tenemos datos sobre la carrera de Sariñena de este año. El Ayuntamiento permanecía silencioso sobre las próximas fiestas y Jume escribía lo siguiente a mediados de agosto en las páginas del Heraldo de Aragón: “¿Es que no se piensa organizar ningún festejo popular? ¿Saben nuestros ediles la importancia que da a las fiestas una Banda de música y una corrida pedestre, a la que tanta afición tienen los vecinos de esta villa, y la alegría que despiertan en los chiquillos y mayores los fuegos artificiales?”.

El primero de septiembre de 1935, Joaquín Paradel publica en las páginas del Heraldo de Aragón un amplio artículo sobre las fiestas y se pregunta: “¿Dónde están aquellas rondas que recorrían la población, alegrándolo todo, con sus guitarras, guitarros, bandurrias, panderetas, hierros y que cantaban a todas las mozas. guapas y feas? ¿Dónde están aquellos cuadros de danzantes, con sus típicos trajes, adornados con bandas de mil colores, cinto de seda, cascabeles y abundantes ramos de albahaca? ¿Dónde están aquellos mayorales y rabadanes de la danza, como el ‘Tambor’, el ‘Remoñón’, el ‘Francher’, el “Puértolas”, el “Cucala”, etc., que tanto entretenían y hacían reir con aquellos versos hechos a su manera y aquellos ’dichos’? Y, por último, ¿por qué no se hace aquella cabalgata de ronda, en la que el tercer día, los mozos recogían las propinas y regalos de las mozas, con un carro artísticamente adornado, las seis y más majas mulas del pueblo, con ricos aparejos y campanillas? ¿Dónde está esto, propio de Aragón? ¡Ah! Todo esto ha desaparecido por esas que ahora le llamamos cosas modernas football, rugbi, tennis, golf, tés danzants, bares, cabarets, etc., etc.”.

Con mucho sentir, el alcalde, don Manuel Gilaberte lamentaba la difícil situación del Ayuntamiento y recordaba que por segunda vez, desde tiempos inmemoriables (1899) no se organizaban actos oficiales.

El artículo de “recuerdos”, que Paraled titulaba “Los tiempos cambian; y las fiestas también”, parecía un presagio de la ruptura con muchas tradiciones que supondría la fraticida guerra civil.

Quio Revista de Sariñena y Los Monegros, Núm. 209, Julio-Agosto 2023

La fractura de la Guerra Civil


Tras la guerra las fiestas ya no son las mismas. En las carreras se reducen los premios de años anteriores: 100, 50 y 25 pesetas en 1941. Algunos años no se organiza la carrera pedestre (1942 y 1945). En 1943 se celebra en el intermedio del partido de fútbol. En 1944 se anuncia en la prensa para atraer a la nueva generación de corredores que irían surgiendo en esta década. Para captar a estos nuevos corredores, en 1946 se eleva el premio a 300 pesetas para el primer clasificado. La prueba se disputa en circuito urbano con salida y llegada en la plaza de Alvarado. En 1947 se vuelva a llevar al Campo de Deportes.

En esta década surgen destacados corredores a nivel nacional, alguno de la comarca, como Alberto Murillo, de Leciñena; su gran rival sería Pedro Sierra, de La Puebla de Hijar, que extendería su vida deportiva hasta la siguiente década, con récord nacional de maratón, batido en sus dos participaciones en el campeonato de España. El internacional Pedro Sierra también disputaría emocionantes carreras con otros atletas catalanes en la década de los años cincuenta, especialmente con Luis García, de Lérida.

Entre los aragoneses destacan los incombustibles Francisco Binaburo, Anselmo Salvador o Enrique Pamplona, de Zaragoza; Tomás Ostáriz, del barrio zaragozano de Santa Isabel; Manuel Blasco, de Urrea de Gaén, o Antonio Lupón, de Bujaraloz. En esta época también participa en las carreras el local José Novellón Maestro, que incluso se desplaza a las carreras de Lanaja o Lalueza.

Anuncio de la las fiestas de Sariñenas en 1946 

Al final de la década de los años cincuenta los atletas foráneos, especialmente catalanes, imponen su ley. Son de nivel internacional y contra ellos los aragoneses poco tienen que hacer. En alguna ocasión surgen pequeños altercados. Significativa es la crónica de la carrera pedestre de 1961 publicada en el diario Nueva España: “La carrera pedestre tuvo éxito completo, tomando en ella parte las primeras figuras en esta deporte, resultando vencedores los siguiemes atletas: primero, Tomas Barris; segundo. Antonio Amoros; tercero, José Molins; cuarto, Francisco Aritmendi; quinto, Fernando Avión; sexto, Pueyo. ¡Fueron eliminados dos corredores por su mal comportamiento en el momento de iniciarse la competición. La señorita Blanca Calvo Alvarez, entregó al vencedor un hermoso ramo de fiores”.

Tomás Barris Ballestín, de Barcelona, estaba considerado como el mejor atleta de fondo y medio fondo español y de los mejores de Europa. Antonio Amorós nació en Caudete (Albacete), aunque pasó su vida deportiva en Barcelona. Fue plusmarquista español de 3.000, 5.000 y 10.000 m. cuatro veces campeón de España de 5.000 m. y 10.000 m. y seis veces campeón de España de cross. José Molíns Montes, de Sabadell, había sido olímpico en Roma 1960, campeón de España de 10.000 m. (en dos ocasiones), de 5.000 m. y récord nacional de 3.000 y 5.000 m. Francisco Aritmendi, de Guadalajara, sería el primer español que ganaría el Cross de las Naciones en 1964, considerado el campeonato del mundo de esta especialidad. Fue olímpico, campeón de España de 10.000 m y ganó en dos ocasiones el campeonato de España de cross. Y Fernando Avión, de Castejón de Monegros, destacado corredor aragonés. Pueyo, probablemente fuera José Pueyo “El Roso”, de Alfajarín.

En los años sesenta y setenta se mantienen las rivalidades entre catalanes y aragoneses. Son los años de los catalanes José Molins, José Pro, José Faro, y de los aragoneses Andrés Gimeno, Pedro Ferrando, de Alcañiz, Fernando Avión, de Castejón de Monegros, Joaquín Mareca, Miguel Ángel Panivino…

La Federación Aragonesa de Atletismo trata de controlar estas carreras. El ambiente entre aragoneses y catalanes tampoco es demasiado amistoso y cuando dejan de venir los mejores surge un vacío de corredores. En 1965, según el programa de fiestas, en la carrera, que se sigue celebrando en el campo de deportes “El Carmen” solo “tomarán parte deportistas de Sariñena y su comarca”. Hasta el año anterior, siempre se repetía la coletilla: “tomarán parte las primeras figuras del atletismo”.

En 1965 la carrera no aparece en el programa de fiestas. Al año siguiente, en 1966, se sustituye por una competición de Atletismo organizada por el Real Zaragoza. Participan, entre otros, los siguientes atletas: Manuel Buitrón (peso), Luis María Garriga (altura) olímpico de Tokio, Manuel Vela (disco) y Joaquín Mareca (5.000 m.).

En 1967 la carrera se “camufla” entre otros deportes, baloncesto femenino y judo. Y al año siguiente, tras la breve crisis de tres años, vuelve a retomar su antiguo espíritu y en los programas se anuncia como “Gran carrera pedestre, en la que se disputarán valiosos premios”.

Artículo publicado en "Quio. Revista de Sariñena y Los Monegros", Núm. 209. Julio-Agosto 2023.

Las carreras pedestres de Sariñena, un patrimonio inmaterial legado por nuestros antepasados (I)

 

Dionisio Carreras, Tapias y corredores de Sariñena en la carrera pedestre de Alcolea, 1928.  F. Castellvi 

Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ


Costán Escuer nos ha aportado recientemente documentación inédita sobre las corridas pedestres de Perdiguera, procedente del Archivo Histórico Municipal, que revoluciona la antigüedad y nos informa sobre los antecedentes de las tradicionales “corridas de pollos”, pruebas típicas del deporte tradicional aragonés.

Los actos de las fiestas de Sariñena en siglos pasados debieron ser más profusos que los de Perdiguera, pero incluirían los típicos festejos populares que año tras año se han repetido en todos los pueblos, las corridas y los bailes. En Perdiguera, desde comienzos del siglo XVI organizaban la “corrida de la espada”, prueba que citaban las crónicas de mediados del siglo XIX en las fiestas de San Lorenzo de Huesca y a finales de siglo en los barrios Nuevo y Monserrat de la capital, en este como “denominación antigua” cuando se hablaba de las carreras de hombres.

La espada, junto con una pieza de tafetán y sombrero, también fue el premio que se entregó a los vencedores de la carrera pedestre y a caballo celebrada en Monzón en 1585 ante Felipe II, coincidiendo con las fiestas de San Mateo y la celebración de Cortes.

A finales del siglo XIV aparecen los pollos como premio de la corrida pedestre de Perdiguera. Probablemente, en esta época, se entregarían a los primeros clasificados, además de la espada que recibiría en vencedor. Antes de que Costán Escuer nos mostrase la documentación de los archivos de Perdiguera, los datos más antiguos de una “corrida de pollos” databan de 1609. La prueba se disputó en Bolea con motivo de los festejos que organizaban en las poblaciones por donde pasaron las reliquias de San Orencio, procedentes de Aux (Francia) hasta Huesca.

“Corridas de pollos” en Sariñena


El dato más antiguo, hasta la fecha, de las “corridas” organizadas en las fiestas de Sariñena es más reciente, de 1876, aunque suponemos que ya se debieron organizar de manera más o menos continua desde el siglo XVI hasta la actualidad. Aquel año, en 1876, una sociedad de jóvenes arrendaron el espacioso salón del teatro para dar bailes de sociedad los tres días de fiesta. El corresponsal del Diario de Huesca resumía los festejos de San Antolín (o San Antonino): “No han faltado tampoco las corridas y cucañas que tan bien entretienen a las gentes en los ratos de ocio, ni las rondallas y cantares que más de una vez hacen desesperar al que se halla entregado a los placeres de Morfeo”.

La crónica de 1877 no alude a la corrida, pero sí a “unos cuantos seres alados” y a un artículo publicado el año anterior en las páginas del Diario de Huesca, propio de una homilía de púlpito, moralizante, contrario al vicio, que aboga por la reforma de las costumbres imperantes. Daba por hecho que las carreras pedestres se celebraban en muchos pueblos; en relación con estas pruebas proponía lo siguiente: “Hoy se celebran carreras de personas en muchos pueblos, pero han decaído de su primitivo vigor por falta de estimulo; antiguamente el buen corredor, tarde o temprano, encontraba su premio entrando al servicio de un amo que de algún modo recompensaba su ligereza; hoy, con el establecimiento de las vías de comunicación, ha desaparecido aquel estímulo, y no queda mas que la pequeña satisfacción de oir unos cuantos plácemes después de un ejercicio peligroso que no tiene recompensa. Crear premios para los que se distingan en estos ejercicios es de interés y casi de necesidad, que siempre fue la carrera un recomendable ejercicio gimnástico que se tuvo en gran estima por los pueblos de la antigüedad”.

Curioso comentario que nos recuerda a un personaje de la comarca, famoso por sus retos y su habilidad como corredor, de finales del siglo XX. Nos referimos a Ramón Maza, de Robres. Vemos como la moralidad de esta época tendría poco que ver con la impuesta con el surgimiento del deporte moderno, considerado “amateur”, que tan negativamente afectaría a las tradicionales carreras pedestres.

Durante la década de los setenta del siglo XIX, según las crónicas de las fiestas de Sariñena que hemos podido consultar, se alude a las “corridas”, pero en 1880 se citan expresamente como “corridas de pollos”.

Desde esta fecha prácticamente no tenemos datos hasta comienzos del siglo XX, aunque sabemos que en 1899 se suprimieron las fiestas cívicas por la crítica situación a causa del pedrisco que arrasó buena parte de la cosecha.

En el Programa de Fiestas de 1945, Juanito escribía sobre la corrida de 1890: “Se hacía la corrida desde ‘la Isuela’ (camino de Lanaja) hasta el ‘Sifón’, consistiendo los premios en tres manojos de pollos, siendo el atado más numeroso para el que llegaba en primer lugar”.
 

Las corridas pedestres al estilo del país


A principios del siglo XX estas pruebas reciben otras denominaciones y con los pollos o sustituyendo a las aves de corral se entregan premios en metálico. Su anuncio, así como las crónicas, van acompañadas de significativos adjetivos que nos muestran su importancia y el interés que siempre despertaban entre el público: “indispensables corridas al estilo del país, en las que se adjudicarán premios de importancia a los mejores corredores” (1902). “Carreras típicas de Aragón”; “corridas animadísimas”; “corrida de hombres en el sitio de costumbre, recompensando a los vencedores con 15 pesetas al primero, 10 al segundo y 5 al tercero”; “consistió en dar veinte vueltas a la pista y fue emocionante por el empeño en obtener los tres premios en metálico. Triunfó en el primero un forastero cuyo nombre no recuerdo” (1903). “Corrida de pollos” (1906). “Corridas de pollos sufragadas por el Ayuntamiento” (1908). ”Gran corrida de pollos en pista con afamados corredores” (1910).

En 1911 las “carreras de resistencia” se celebraron el día 4, a las cinco de la tarde y, según la crónica del Heraldo de Aragón, con gran afluencia de público y “bajo la influencia de los rayos del puro sol abrasadores como nunca”. Durante esta década las carreras se denominaban “corridas de pollos”. Al final de la década se organizan durante dos día. El día 3 de septiembre tienen lugar las “corridas en pista, en las que pueden tomar parte cuantos deseen de la localidad y de fuera de ella, otorgándose tres premios importantes en metálico”. Al día siguiente, “a las cinco de la tarde, en la plaza de la Iglesia y el Mercado, corridas de pollos”. Estas, de carácter regocijante y satírico, incluyen las corridas de sacos y en monturas (carreras de burros con albarda suelta).

A partir de la segunda década del siglo XX surgen nuevas actividades deportivas que van haciéndose hueco en el programa de fiestas. En 1910, además del “tiro al blanco”, el joven de la localidad Manuel Torres Guillen introduce las carreras de bicicletas. En 1912, entre las denominadas “fiestas sportivas” se incluye la “gira campestre a Santiago, las carreras pedestres y de bicicletas” y se hablaba del “foot-ball”, deporte que no llegaría oficialmente hasta el domingo de Pascua de 1923. En 1917, y hasta comienzos de la siguiente década, se siguen celebrando el días sucesivos el “concurso de corridas en pista con tres premios en metálico” y las “corridas de pollos. Para los chicos organizan diversos festejos que atraen numeroso público a la plaza de la Iglesia: “Uno consiste en llenar una bañera de agua y echar una o dos pesetas para que con la boca sean cogidas. Otro, a poner una sartén bien tiznada y colgada de una cuerda y a la sartén pegada con sebo una moneda de plata. También hay que cogerla con la boca, y otra es vendar los dos ojos a los chicos y con grandes rebanadas de pan untar en una cazuela de chocolate y darse de comer”.
 
Bautista Peralta en la V Vuelta a Zaragoza. La Voz de Aragón, 1930

Carrera pedestre con premios en metálico 

Hasta los años veinte las carreras de San Antolín atraían a los mejores corredores de la comarca, pero a partir de esta década los premios en metálico aumentan y atraen a los corredores más famosos de Aragón; la carrera se desplaza al campo de deportes o estadio del Sariñena F.C. En 1924, antes de la “gran carrera pedestre de resistencia de 6.000 m. lisos sobre pista del campo de deportes, con importantes premios en metálico a los tres primeros clasificados”, tiene lugar un “concurso de tiro de barra”.

El año anterior, 1923, nace la Federación Aragonesa de Atletismo (este año, 2023, se cumple el Centenario) y en 1924 el aragonés Dionisio Carreras participó en la prueba de maratón de la Olimpiada de París, finalizando en novena posición. Al año siguiente, en 1925, Dionisio Carreras vencía en la carrera pedestre de Sariñena.

La prueba pedestre consistía en dar 50 vueltas alrededor de la pista del estadio del Sariñena C.F., hasta completar 12 kilómetros y medio. Tras Dionisio Carreras, corredor del Real Zaragoza, llegó segundo a meta Antonio Gracia, corredor natural de Salillas, del Español de Barcelona, y Flora, del Huesca F.C.

En esta década observamos la influencia del atletismo en el deporte tradicional. La Federación Aragonesa de Atletismo se nutre especialmente de los corredores curtidos en las carreras pedestres de los pueblos y a su vez trata de aleccionarlos con continuas sanciones para que no participen en estas carreras. Los premios que se entregan son en metálico, pero la Federación considera a los atletas deportistas “amateurs” y por tanto no pueden ganar dinero.

El Programa de Fiestas de 1927 anuncia que para el día 3 de septiembre, “a las 4 y media y en amplio y cómodo campo, tendrá lugar la gran carrera de resistencia o «cross-country», adjudicándose tres grandes premios a los vencedores. Para amenizar el desfile de este importante festejo, la banda dará un concierto en la plaza de Villanueva”.

Los premios que se conceden en 1928 son los siguientes: Primero, 150 pesetas; segundo 75 pesetas y 25 pesetas para el tercero. Tres grandes corredores, a nivel nacional, inscriben sus nombres en los puestos de honor. Vence Salvador Tapias, campeón catalán; segundo, el campeón aragonés Dionisio Carreras (campeón de España de Maratón) y tercero el gran corredor local Bautista Peralta (merecedor de un homenaje y reconocimiento en su villa natal).

En 1929 el Progama de Fiestas anuncia una “gran carrera pedestre” para el día 3, “a las cinco y media, en amplio y cómodo campo, y amenizado por la banda de música, con un recorrido aproximado de 10 a 12 kilómetros sobre pista, a vueltas, adjudicándose a los vencedores los siguientes premios: Primero, 125 pesetas; segundo, 75, y tercero, 50. Se concederán importantes cantidades en primas, cuyas condiciones serán señaladas en el momento de la carrera. Las inscripciones podrán hacerse en el Ayuntamiento de Sariñena o en el lugar de la carrera, hasta media hora antes de comenzar ésta. El desfile de este importante festejo será amenizado por la banda de música en la plaza de Vilianueva”.

En esta década surgen en la comarca y lugares limítrofes algunos de los mejores corredores nacionales: Antonio Gracia, de Salillas, que pertenecía al club Español de Barcelona; Eugenio Pérez y Valentín Rodellar, de Grañén; Ángel Mur, de Selgua; Ignacio Latorre, de Santalecina, o el corredor local Bautista Peralta, que vestiría la camiseta del Real Zaragoza. Tampoco podemos olvidar al popular “Sabatino”, que, aunque casi siempre llegaba el último, ofrecía divertidos espectáculos grotescos. Estos atletas y los nuevos que surgirían en los años treinta, como Julián Salillas, de Lanaja, dificultarían los triunfos del olímpico Dionisio Carreras, natural de Codo y perteneciente al Real Zaragoza, o al campeonísimo catalán Salvador Tapias. Desde Zaragoza también acuden a esta prueba otros famosos corredores como Victoriano Alejandro Pérez “El Cartujano”, de La Cartuja Baja, o Mariano Doñate.

Tapias vuelve a vencer en 1929, seguido del local Bautista Peralta, que consigue imponerse al olímpico Carreras, y en cuarta posición se clasifica el joven Valentín Rodellar, de Grañén, muy cerca del segundo y tercero.

Artículo publicado en "Quio. Revista de Sariñena y Los Monegros", Núm. 208. Mayo-Junio 2023.

14/1/24

Las carreras pedestres de Calatorao, un legado de nuestros antepasados que se debería recuperar


 Celedonio García

Pocas poblaciones como la villa de Calatorao han sabido mantener sus tradiciones deportivas, y muestra de ello es la existencia de un “Club de Barra y Bola” de larga trayectoria. Sin embargo, no se han conservado todas las tradiciones deportivas y como muestra traemos algunos datos de la larga historia, de cientos de años, de las “carreras pedestres” de las fiestas del Santo Cristo.

Las típicas y tradicionales carreras pedestres, cuyo origen probablemente se remonte medio milenio, se dejaron de celebrar a finales de los años ochenta del siglo pasado (algunos años alternando entre las fiestas del Santo Cristo y las de san Bartolomé). Podríamos decir que hace cuatro días con esa larga trayectoria. Es posible que incluso se hayan programado posteriormente algunos años (carecemos de datos).

Algo similar sucedió en la mayoría de la poblaciones de la comarca de Valdejalón, con excepción de las carreras pedestres de Chodes y de La Almunia de doña Godina, que tras el paso de los siglos se siguen organizando y se pueden considerar que forman parte del selecto grupo de las carreras pedestres más antiguas del Mundo. Son, sin ninguna duda, carreras centenarias.

Desde hace un tiempo nos hemos propuesto documentar ediciones de carreras pedestres. De la carrera pedestre de La Almunia de Doña Godina hemos llegado a las 110 ediciones, aunque se han celebrado muchísimas más. Esta carrera es la que tiene más ediciones DOCUMENTADAS de España. Esto no quiere decir que sea la más antigua ni la que más ediciones ha celebrado. En Aragón existen otras carreras similares, pero documentadas año tras año, hasta el momento, la carrera de La Almunia ocupa la primera posición.

La carrera pedestre más antigua que aparece documentada en Aragón data de 1526, en Perdiguera, y se denominaba “corrida de la espada”, por ser el premio que se entregaba al vencedor. Con el paso de los años los pollos ocuparon el lugar de la espada y ya en el siglo XVII se extienden por todo Aragón.

Hace poco tiempo conseguíamos documentar 64 ediciones de la “Carrera Pedestre de San Pedro Arbués y San Frontonio” e interpretábamos la segura existencia de otra treintena de ediciones, aproximándonos al centenar. También se dejaron de organizar a principios de este siglo.

En esta ocasión nos hemos centrado en las carreras pedestres documentadas de Calatorao. En el escueto cuadro con más de 60 ediciones documentadas, desde 1877, añadimos una treintena de ediciones casi seguras, según interpretamos de las crónicas que mencionan la “tradicional corrida” o comentarios similares, aproximándonos al centenar de ediciones (cifra mágica). Y hemos recopilado numerosa información que nos habla de la evolución de estas típicas pruebas del deporte tradicional aragonés (ese deporte del que se da por hecho que las instituciones se encargan de conservar y transmitir de generación en generación), de sus denominaciones (“corridas de pollos”, “corridas de hombres y niños”, “corrida de peones”, “corridas pedestres”, “carreras pedestres” o “carreras especiales para señoritas que se sientan deportistas” en 1973), de los corredores participantes (los mejores del la villa, de la comarca, de Aragón o incluso de España), premios, lugar, día y hora, entre otros.

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13/1/24

La Carrera Pedestre de la Virgen de la Fuente en Muel (Zaragoza)


Celedonio García

La mayoría de los datos reflejados en el cuadro con las “carreras pedestres" documentadas de las fiestas de Nuestra Señora de la Fuente de Muel han sido recogidos en programas de fiestas y crónicas de prensa. No hemos podido remontarnos más allá de 1879, aunque la veneración a la Virgen de la Fuente está documentada desde finales del siglo XIII.

Las carreras pedestres (denominadas “corrida de la espada” en el siglo XVI y posteriormente “corrida de pollos” hasta bien entrado el siglo XX) ya debían celebrarse en el siglo XVI.

Hace más de treinta años recogimos información de tradición oral en Muel, que reproducimos a continuación

Las carreras se disputaban en dos días, el 10 y 11 de septiembre. El recorrido de la carrera iba desde el Puente del “Tío Roque” hasta el “Paso de la Marvanilla” (aproximadamente un kilómetro) y los premios consistían en pollos. El primero recibía dos pollos; el segundo, uno y el tercero, la cebolla.

Entre los corredores más destacados, de antes de la Guerra, destacaba “Pintos” (vivía en Muel, pero no era natural de la villa), y Benigno Alebesque (era pequeño) se llevaba casi siempre los pollos en los años 30. Pero sobre todos destacaba Sixto, un corredor de Mezalocha que también iba a otros pueblos (Villanueva de Huerva, Longares...).

Corrían descalzos y en calzoncillos. La salida (o la suelta) la daba el alguacil con la chuflaina o con un pañuelo. Antes de la carrera era habitual escuchar expresiones como “a ver quién gana la primera”.

Después de la carrera iban a la “casa del lugar”. Al día siguiente se hacía otra carrera. A veces salían seis o siete corredores y algunas veces sólo llegaban dos. La cebolla no era bien aceptada por algunos corredores

En la horca ponían un pañuelo y los pollos. Después de la Guerra ya desapareció la horca de los pollos.

En 1975 se dejó de organizar la carrera pedestre hasta el 2005, que surge la famosa “milla”. La hemos incluido en el cuadro por celebrarse en el marco festivo, pero nada tenía que ver con la tradición, excepto que en la distancia pudo coincidir con la que se organizaba en los años 20 del siglo XIX.

En el 2006 nace el CD Muel y se encarga de la organización de la “milla” al amparo de la Federación Aragonesa de Atletismo, con importantes premios en metálico (las carreras pedestres con premios en metálico fueron enérgicamente perseguidas por la Federación Aragonesa de Atletismo en décadas pasadas y supuso la desaparición de muchas carreras pedestres tradicionales). La milla, como las modas, tuvo su origen y su fin, una década después, en el 2014, desapareció.

Sin duda, los organizadores trataron de impulsar una prueba pedestre que hasta el siglo pasado, y durante siglos estuvo presente en las fiestas de la Virgen de la Fuente. Pero cometieron errores criticables desde el punto de vista de la Cultura Tradicional y del Patrimonio Inmaterial de Aragón:

1. Ya hemos dicho que la milla no tiene nada que ver con la carrera pedestre; esta es una prueba tradicional y la milla es de origen inglés, más reciente, e incorporada en el deporte moderno.

2. Se podía haber recuperado la centenaria “carrera pedestre”, que forma parte del patrimonio cultural de Muel y de Aragón en vez de importar una prueba de origen inglés. La distancia no es impedimento. Tampoco hubiera sido problema organizar las dos, pero en estas fechas la prueba autóctona tiene preferencia.

3. El desconocimiento de nuestra riqueza patrimonial nos lleva avalorar más las “modas” procedentes del exterior que lo propio.

4. El deporte tradicional no debe sustituirse por el deporte moderno. Ambos pueden convivir perfectamente. Y como deporte tradicional no precisa de suntuosos alardes organizativos.

5. Desde el primero de septiembre de 2023 en la DGA está registrada la solicitud para que las “Carreras Pedestres Tradicionales de Aragón” sean declaradas Bien de Interés Cultural Inmaterial de Aragón.

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10/1/24

Jorge Villacampa y Silvia Pérez vencen en la XIV Carrera Popular Villa de Muel (Zaragoza)

Salida de las categorías Sénior y Máster A Masculino

Casi trescientos atletas animaron las calles de Muel en la XIV edición de la “Carrera Popular Villa de Muel”, organizada por el Ayuntamiento de Muel, con la Dirección Técnica de Farlek Sport y bajo el control técnico del Comité Territorial de Jueces de la Federación Aragonesa de Atletismo

El calor humano y el colorido de los participantes en la XIV Carrera Popular Villa de Muel alegraron en pasado domingo las calles de Muel en una mañana con bajas temperaturas.

Silvia Pérez en el primer paso por El Aparcadero

La plaza de “El Aparcadero”, en la Avenida García Giménez  de Muel, epicentro del evento deportivo, acogió al bullicio del público y de los participantes en las diferentes carreras, en un ambiente amenizado por la selección musical de Samuel y Luis, miembros de la Agrupación Musical Muel, al calor de las humeantes brasas y alimentado por los efluvios de la preparación de los típicos bocadillos de longaniza.

Salida de las categorías Sénior y Máster A Masculino

A las diez y media comenzaba la primera carrera, Sénior y Máster A Masculina (6.000 m.). Un pequeño grupo de corredores formado por Jonatan Chavarría, Jorge Villacampa, Denis Lorda, Javier Castells y el local David Aliaga, mantuvieron en las dos primeras vueltas las posibilidades de triunfo, con ligera ventaja de Jonatan Chavarría. Sin embargo, al final Jorge Villacampa se llevaría la victoria de la General (y 1º Máster A), renovando el triunfo de la pasada edición y mejorando su tiempo en cuatro segundos (19:52). Chavarría debía conformarse con el segundo puesto (1º Sénior) y el zufariense Denis Lorda, del CDA Zuera (20:01) llegaba tercero a meta (2º Máster A). El local David Aliaga (20:30) realizó una extraordinaria carrera ocupando la cuarta plaza (3º Máster A). En la clasificación Sénior, Javier Castells (20:35) llegaba segundo y David Rada (20:39), tercero.

Salida de las categorías femeninas Sénior y Máster A y B, y Máster B Masculina

Después era el turno de la carrera femenina, Sénior y Máster A y B (6.000 m.), incluyendo la participación de los hombres del Máster B. En la clasificación General femenina Silvia Pérez Santos, del Club Fartleck Sport (24:58), obtenía el triunfo con rotundidad (1ª Sénior). Detrás llegaba Noelia Marqués, del Zenit Atleet La Mafia (25:21) y primera clasificada en Máster A, y en tercera posición de la clasificación General (2ª Master A) la ocupaba Sonia Gaset (25:55). El podio Sénior se completaba con Zuriñe Garitaonandía (26:19, del Club La Blanca, en segunda posición, y la tercera plaza era para Marta González (29:30). En Máster B femenina vencía Amparo Rivero, de Octavus Triatlón –Skoda, seguida de su compañera de club, Eva López, y de la incombustible Lourdes Chavarri, de la A. D. Jalón.

Los primeros clasificados de la categoría Máster B Masculino

En la clasificación de hombres Máster B, Mariano Val, del Zenit Atleet La Mafia, se adjudicaba el triunfo. Val tomó el mando en la primera vuelta, marcando el ritmo de sus perseguidores, y llegó a meta en solitario con un tiempo extraordinario (20:41). Detrás, en segunda posición, llegaba Carlos Gil, del C.A. Cuarte, y en tercera posición el cariñenense Jesús Larumbe.

Noelia Marqués, segunda clasificada de la General Femenina

En las categorías S18 y S16 hubo una participación pobre, como suele ser habitual. En S18 (Juveniles) vencieron, Alejando Gracia, del Zenit Atleet La Mafia, y Lucía Borreguero, de Octavus Triatlón-Skoda. En S16 (Cadetes) masculino venció Bruno Tomey, de La Estrella, seguido de Hugo Pina, también de La Estrella,  y de Jesús Julián, del C.A. Cuarte.

Podio General Masculino y el Concejal de Deportes Miguel Muñoz

En la categoría S14 (Infantiles) la llegada del primero con el segundo clasificado y del tercero con el cuarto fue igualadísima. Venció Eric Vicente, seguido de Aarón Urbano y de Germán Lázaro. El cuarto clasificado, Diego Urbano entró en meta prácticamente con el mismo tiempo que Germán. Ana Hernández encabezó la clasificación femenina, seguida por Sofía Domingo y Eva García.

En S12 (Alevines) el triunfo masculino correspondió a Hugo Marco, seguido de Marcos Álvarez y de Joel Gallego. En la clasificación femenina vencía Inés Domingo, seguida de Laura Pina y de Emma Sánchez.

Podio General Femenino con Eva Val, de la Asociación de Mujeres Alfar

En la categoría S10 (Benjamines) vencía, en categoría masculina, Jorge Yago; el segundo puesto lo ocupaba Leo Marco y el tercero Ángel Mingarro. Y en féminas se imponía Eva Hernández; segunda, Emma Ruiz y tercera Ixeia López.

José Antonio Alonso y Fabio Usón llegaron primero y segundo, respectivamente, en la categoría de Iniciación. Y en Aguiluchos, Galatea Abad, Cloe Dionis y Sofía Prieto llegaban las primera y ocupaban los puestos de podio femenino. Detrás llegaban los del masculino, Fernando Serrano, Tristán Cervera y Leo Jofre.

Salida de la categoría Infantil (S14)

Todos los participantes escolares recibieron pequeños obsequios y los primeros clasificados de las categorías Sénior y Máster masculina y femenina, productos de la tierra (vino, magdalenas y torta), además de los correspondientes y originales trofeos y medallas de cerámica de Muel.

En la entrega de trofeos participaron el concejal de deportes, Miguel Muñoz, y representantes de las Asociaciones que siempre colaboran para que la Carrera Popular siga siendo una prueba de referencia en el calendario de la Federación Aragonesa de Atletismo. En nombre de todos los voluntarios de las Asociaciones, entregaron troferos: Eva Val, por Mujeres Alfar; Esperanza Ansón, por la Asociación de Ceramistas; Montse Mazas por Hermanamiento con Muël (Francia), y Virginia Pérez, por la Cofradía.

Samuel Lausín y Luis Mazas se encargaron de la selección musical

Samuel Lausín y Luis Mazas estuvieron al cargo de la selección musical, miembros de la Agrupación Musical y también colaboraron otros voluntarios de Trail Muel, CD Muel y miembros de otras asociaciones, entre otros voluntarios.

Voluntarias preparando bocadillos de longaniza

 Resultados: https://fartlecksport.com/carrera-popular-de-muel/wp-content/uploads/sites/51/2024/01/Resultados-XIV-CARRERA-POPULAR-VILLA-DE-MUEL.pdf

Imágenes: https://fartlecksport.com/carrera-popular-de-muel/galeria/

Artículo Blog: https://aragonia-pedestrismo.blogspot.com/2024/01/jorge-villacampa-y-silvia-perez-vencen.html

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21/12/23

Daniel Bondía, un ilustre maellano que nos deja

Celedonio García, a la izquierda, acompañado de maellanos ilustres, Marcelino Monreal, Daniel Bondía, Francisco Albesa "Panixera" y Fernando Barberán, en la carrera pedestre del 10 de agosto de 2007. Foto del archivo de Daniel Bondía 

Celedonio García

Daniel Bondía, en el centro de la imagen, nos ha dejado la pasado noche. Los cuatro maellanos de la imagen ya forman parte del "panteón de hijos ilustres de Maella". Lo son para mí y para muchas de las personas que los conocieron. Todo ellos dejaron huella, todos ellos trabajaron por su tierra y pusieron sus granitos de arena para que siempre sean recordados.

Daniel Bondía amaba las tradiciones aragonesas y contribuyó para que se mantuvieran vivas en su villa natal, Maella. Con José Antonio Adell participamos en 1993 en el homenaje que el Ayuntamiento rindió “ALS CORREDORS DE GALLS”. Daniel organizó una exposición de fotografías, entre otras actividades, en la que se citaba y aparecían los grandes corredores maellanos (tres de ellos aparecen en la fotografía: Marcelino Monreal, Francisco Albesa "Panixera" y Fernando Barberán).

Junto con otros músicos de Maella y de la AGA (Asociación de Gaiteros de Aragón) interpretaron, entre otras, la típica melodía de "corregudes de galls" de Maella, conocida como "La Balbina", interpretada en otros tiempos por el "Tío Severo". Con los músicos de Maella cada año también amenizaba la tradicional carrera pedestre de las fiestas de San Lorenzo, recordando la típica melodía de las “corridas de pollos” o “corregudes de galls”

Daniel se comprometió activamente con la Asociación Aragonesa de Gaiteros (AGA). En el 2003, La AGA nos concedió, a José Antonio Adell y a mí, nuestro primer reconocimieto por "la labor ralizada en favor de la cultura popular aragonesa", quizá el reconocimiento que más valoramos por quien lo otrogaba. Daniel Bondía fue el encargado, en representación de la AGA, de decir unas palabras, que a José Antonio Adell y a mí se nos quedaron grabadas para siempre. Daniel Bondía dijo: "Adell y García son como Ramón y Cajal...". Todavía hoy muchas personas piensan que Adell y García somos la misma persona.

Anécdotas aparte, pienso que no habrá nadie que conociera a Daniel Bondía que no le apreciara y le considerara una buena y gran persona. Hasta siempre Daniel. Siempre te recordaremos.

4/12/23

Las Carreras Pedestres del Campo de Cariñena. Primeras ediciones documentadas


 Celedonio García

No hay ninguna duda de que en el siglo XIX todos los pueblos de la comarca del Campo de Cariñena organizaban durante sus fiestas patronales, y a veces en otros festejos, las tradicionales "corridas de pollos", antecedentes de las carreras pedestres. En la actualidad, según nuestros datos, estas pruebas típicas del deporte aragonés han desaparecido en la comarca.

Parece sorprendente que en la actualidad, con una auténtica "fiebre" por correr, por ser "corredor" (perdón,  "runner"), las "carreras pedestres" típicas durante siglos en nuestros pueblos han sido "proscritas" por modas modernas. Como dírían muchos jóvenes, "es lo que hay".

A finales del siglo XIX en Aragón surgió una "fiebre andarina", tras el triunfo de Mariano Bielsa y Latre, apodado "Chistavín", de Berbegal, al vencer el 22 de octubre de 1882 en la Plaza de Toros de Zaragoza al italiano Aquiles Bargossi, apodado el "Hombre Locomotora" y considerado el mejor andarín del Mundo.  Aquella "fiebre andarina" podría compararse a las modas actuales. A partir de aquel triunfo de "Chitavín", corredores de muchos lugares de Aragón quisieron alcalzar la fama venciéndo al altoaragonés por medio de retos o desafíos. Uno de los más obstinados era Antonio Laínez, de Cariñena.  Corredores no faltaban en la comarca.

Como nos apasionan estos temas, las tradiciones, nuestras raíces..., aunque vayamos a contracorriente, hemos preparado un documento en permanente revisión con las primeras ediciones que hemos podido ducumentar de las "Carreras Pedestres" de los pueblos del Campo de Cariñena. Su probable origen se remonta como mínimo al siglo XVI. Y dejamos un enlace de las aventuras de Antonio Laínez, de Cariñena, en la época de Chistavín:

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